Violencia pasiva gratuita


Vivimos en un mundo donde la diversidad gráfica y las posibilidades artísticas son infinitas. Sin embargo cada vez son más los artistas anónimos que huyendo de las formulas más políticamente correctas eligen aptitudes cada más arriesgadas para conseguir que su obra no pase desapercibida al observador.

Elegí la toma, por la fuerte carga de violencia gratuita que respira, la agresividad pasiva y sobre todo por el anonimato, una vez más el momento fugaz de la expresión no deja espacio a la personalización con una firma.